Miembros de la Unión Europea (UE) desde 2004, los países bálticos se han convertido en muy poco tiempo en un ejemplo formidable de gestión financiera y fomento de la competitividad y la inversión.

Tras un valiente ajuste en 2009, que supuso recortes muy significativos en el gasto público y una política fiscal contractiva para contener el déficit, estos tres mercados experimentaron la recuperación más rápida de toda la UE, al volver a crecer por encima del 6% en el cuarto trimestre de 2009 (tras una caída abrupta de más del 15% en los 9 primeros meses del año). El sector de la construcción, que llegó a desplomarse en 2009 y el del comercio al por menor, que perdió un tercio de su volumen en el mismo año, han dejado de ser un lastre para la economía, y el auge de las exportaciones y de su consumo interno ha impulsado a los tres países hacia la senda de un crecimiento sano y sostenible, basado ya en la productividad y no en burbujas. Sus cifras de paro ya se encuentran muy próximas al pleno empleo: por debajo del 6,5% en Estonia, del 8,5% en Lituania y del 10% en Letonia.

En 2015 el valor de los activos externos de los bancos nacionales bálticos es superior a cualquier otro registro de su historia, la inflación (que llegó a suponer una gran preocupación durante años anteriores) ha dejado de ser un problema, crece la confianza de los consumidores y el déficit público se halla bajo control.
Hoy las excelentes cifras de Lituania, Letonia y Estonia han convertido a estos países no sólo en los líderes de crecimiento de su región, sino de toda la UE: el Banco Mundial prevé que en 2015 su PIB siga expandiéndose por encima de la mayoría del resto de países europeos, y la consultora Ernst & Young vaticina que sus economías crecerán a tasas anuales superiores al 5% a partir de 2016. Diversos sectores de sus economías, como el inmobiliario, que despertaron con fuerza ya en 2013, o los de maquinaria y bienes de equipo representan hoy grandes oportunidades para el inversor extranjero.

Por su seguridad jurídica, su clima favorable para los negocios, su ubicación privilegiada, y la competitividad de sus costes, Lituania es el lugar elegido como sede principal de nuestra empresa.
El valor del país adquiere todo su sentido por constituir además una plataforma logística muy atractiva, debido al fácil acceso a los grandes mercados de su entorno y a la existencia de zonas francas que ofrecen atractivas ventajas fiscales. De hecho, por precio y confiabilidad, muchos de los camiones que introducen mercancía en Rusia proveniente del resto de Europa viajan con matrícula lituana.